Llega ese segundo que hay hasta un bello castillo, pero llega un segundo en que se volvió de naipes y se desplomo, de aquel castillo lleno de sueños no quedo nada, de la hermosa pareja que lo habitaba tampoco... solo una joven destruida por dentro, llorando dolorosamente por que la vida le quito al único que ser que amaba hasta el punto de dar la vida por él...
En un segundo todo paso de ser alegría, a una tristeza interminable que corrompe toda luz que haya cerca, la necesidad se vuelve un constante, el dolor un elemento cotidiano que no deja vivir en paz y todo lo demás queda en nada, solo en un vació mas grande que el mismo mar.
Llevo mas de un mes haciendo intentos fallidos de vivir sin él, pero no puedo, si la maldita muerte me lo arrebata me voy con él y si Dios es misericordioso y me lo devuelve prometo cuidarlo hasta el fin de mis días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario